Los conservadores son aditivos que se utilizan añadiéndolos a los alimentos para alargar su caducidad, ya que inhiben, retardan o detiene los procesos de fermentación, enmohecimiento o putrefacción.
Suelen ser aditivos sintéticos, aunque los hay naturales, como el ácido órbico (E-200) y el ácido acético (E-260), muy frecuente en vinagres, salsas y conservas vegetales.
Función de los conservantes en los alimentos:
• Evitan la aparición de bacterias, hongos, levaduras y demás microorganismos. Por ejemplo, el ácido sórbico impide los mohos en alimentos con fruta (mermeladas y yogures).
• Prolongan la duración de la vida de los alimentos y limitan la degradación de las vitaminas.
• Son básicos para la conservación de los alimentos, aunque los hay más tóxicos que otros, estando todos autorizados. A veces ocultan manipulaciones inadecuadas en los alimentos.
Ojo:
• Los menos recomendables son los sulfitos (E-220 a E-228) cuando se utilizan en las carnes para mejorar su aspecto. Pueden producir alergias y otras reacciones importantes se debe advertir su presencia en las etiquetas.
• En la misma lista figuran los nitritos y nitratos (E-249 a E-252), susceptibles de llegar a ser tóxicos en grandes dosis.
• Y el formaldehído (E-240) y la hexametilentetramina (E-239), ambos potencialmente peligrosos.